Una lesión catastrófica es aquella que perjudica a la víctima permanentemente y generalmente tiene consecuencias graves. Cuando un individuo sufre una lesión de esta naturaleza, es posible que deba vivir con una discapacidad permanente o con dificultad para realizar una gran cantidad de actividades de la vida diaria. En algunos casos, esto hace que se vuelva dependiente de otras personas para tareas básicas como bañarse, alimentarse, y trasladarse. Las causas más comunes de las mismas, incluyen accidentes automovilísticos y los relacionados con construcción, pudiendo también deberse a la negligencia médica.

Estos individuos necesitan atención médica continúa, además de medicamentos y equipos especializados para su tratamiento. Pero los gastos que derivan de los mismos pueden acumularse y perjudicarlos económicamente. Sin embargo, pueden interponer una demanda de daños personales contra el responsable para ser indemnizados por todos los daños y perjuicios derivados del suceso. Sin embargo, reclamar este resarcimiento no es fácil, por lo que en Orange County Personal Injury Attorney, lo ayudaremos durante todo el proceso para que obtenga un resultado favorable.

A continuación, conoceremos cuáles son algunas de estas lesiones.

  1. Lesiones cerebrales traumáticas. Son comunes en accidentes en los cuales la cabeza sufre un golpe fuerte. Estas pueden conducir a la pérdida temporal o permanente de la función cerebral, dependiendo de la gravedad del trauma y el tiempo que tarde la persona en recibir tratamiento. Asimismo, las lesiones cerebrales traumáticas causan al menos 50% de las muertes de las víctimas de este tipo de accidentes, las cuales se producen unas horas después de haber sufrido la lesión. En tales casos, la familia del fallecido puede interponer una demanda de muerte por negligencia para ser indemnizada por la pérdida de su ser querido y todos los gastos derivados de la misma.

La lesión cerebral traumática leve causa síntomas temporales, los cuales incluyen los siguientes:

  • Pérdida de consciencia.
  • Desorientación.
  • Dolores de cabeza.
  • Náuseas y vómitos.
  • Fatiga.
  • Trastornos del habla.
  • Trastornos del sueño.
  • Somnolencia, mareos y desequilibrio.
  • Visión borrosa.
  • Zumbidos en los oídos.
  • Sensibilidad a la luz y al sonido.
  • Problemas de memoria y cambios de ánimo.
  • Depresión y ansiedad.

Por su parte, la lesión cerebral traumática grave produce síntomas más fuertes, los cuales son similares a los anteriores. Sin embargo, la víctima también puede experimentar los siguientes:

  • Pérdida prolongada del conocimiento.
  • Dolores de cabeza persistentes.
  • Convulsiones.
  • Pupilas dilatadas.
  • Drenaje de un líquido claro de la nariz y los oídos.
  • Incapacidad para despertar.
  • Pérdida de la coordinación.
  • Coma.

Si la lesión ocurrió en los nervios craneales, es posible que experimente los siguientes síntomas:

  • Parálisis facial.
  • Sentido del gusto alterado.
  • Pérdida de visión.
  • Dificultad para tragar.

Las lesiones cerebrales traumáticas de moderadas a graves, pueden provocar problemas permanentes, además de empeorar las afecciones preexistentes. Algunos de los efectos a largo plazo más comunes son los siguientes:

  • Daño cerebral permanente.
  • Un riesgo mayor de padecer enfermedades degenerativas como Alzheimer y Parkinson.
  • Migrañas persistentes.
  • Mareos.
  • Epilepsia postraumática.
  • Trastornos del sueño.
  • Agresión y cambios de personalidad.
  • Problemas de memoria y concentración.
  • La muerte del paciente a consecuencia de complicaciones relacionadas con la lesión.
  • Incrementa el riesgo de sufrir depresión, ansiedad, e infecciones.
  • Disminución del funcionamiento físico.

Cabe destacar que las personas que sufren lesiones cerebrales traumáticas en este tipo de accidentes generalmente tienen menos oportunidades laborales, lo cual les genera problemas económicos, por lo que el agraviado deberá ser indemnizado por esta pérdida de ingresos.

  1. Lesiones de la médula Ocurre como consecuencia del traumatismo en los nervios de la médula espinal, tejidos blancos, o huesos circundantes. Estas se clasifican en completas e incompletas en función de su gravedad. Por su parte, la lesión espinal completa es la más debilitante y grave ya que provoca la pérdida total de la movilidad y sensibilidad debajo del área lesionada. En cambio, la lesión espinal incompleta no afecta el funcionamiento del área debajo de la lesión.

En cuanto a sus síntomas, estos son los siguientes:

  • Pérdida de movimiento.
  • Pérdida de sensibilidad.
  • Pérdida del control intestinal.
  • Reflejos exagerados.
  • Problemas al respirar o toser.
  • Dolor extremo o escozor.
  • Dolor de espalda extremo.
  • Parálisis o debilidad en ciertas partes del cuerpo.
  • Inestabilidad y desequilibrio al caminar.

Los accidentes generalmente provocan lesiones espinales traumáticas debido al impacto fuerte y repentino, lo cual conduce a la dislocación o aplastamiento de la columna vertebral. Si no recibe tratamiento lo antes posible, el daño continúa extendiéndose y puede empeorar debido al sangrado, inflamación, y retención de líquidos.

La mayoría de las personas se recuperan de forma parcial o total de estas lesiones en los primeros 6 meses, mientras que otras tardan un máximo de 12 meses. Si durante este periodo no ha habido progreso, es posible que se produzca una discapacidad permanente.

Por otra parte, su tratamiento requiere una gran cantidad de exámenes, cirugías y rehabilitación para facilitar su recuperación. En algunos casos, esta lesión expone a la persona a infecciones secundarias, las cuales requieren medicinas y cuidados médicos continuos. Asimismo, las complicaciones comunes que derivan de las lesiones de esta naturaleza, incluyen las siguientes:

  • Infecciones del tracto urinario.
  • Incontinencia urinaria e intestinal.
  • Neumonía.
  • Úlceras de decúbito.
  • Coágulos de sangre.
  • Espasmos musculares y atrofia muscular.
  • Dolor crónico.
  • Un riesgo mayor de desarrollar depresión y pensamientos suicidas.
  1. Amputación. Puede suceder por una serie de motivos, los cuales incluyen un error por parte del médico tratante o un accidente. Asimismo, las amputaciones pueden ocurrir en partes como los dedos, los brazos, las piernas y los pies. En algunas ocasiones, la víctima pierde todas las extremidades.

Las amputaciones derivadas de accidentes pueden ser traumáticas o quirúrgicas. Por su parte, las traumáticas ocurren durante el accidente, mientras que las quirúrgicas se realizan en el hospital como parte del tratamiento. En este sentido, las amputaciones quirúrgicas son necesarias cuando el tejido alrededor de la extremidad ha desarrollado infecciones periféricas, está muerto como consecuencia de la mala circulación, o está dañado a tal grado que no puede ser reparado.

Una amputación puede cambiar su vida significativamente, ya que deberá adaptarse a realizar todas las actividades que solía hacer sin la extremidad o la parte del cuerpo amputada. Además, es posible que deba depender del cuidado de otras personas, lo cual en algunas ocasiones causa depresión. Otras complicaciones que pueden derivar de las amputaciones incluyen las siguientes:

  • Dolor del miembro fantasma.
  • Infecciones.
  • Problemas psicológicos y emocionales.
  • Debilidad de los músculos debido a la movilidad reducida.

Luego de la amputación, deberá seguir visitando a su médico para cerciorarse de que el área afectada esté sanando correctamente, le colocarán la prótesis, y deberá someterse a rehabilitación.

En cuanto a las consecuencias que puede tener una amputación, estas pueden incluir las siguientes:

  • Gastos médicos.
  • Costos de rehabilitación.
  • Pérdida de salarios.
  • Incapacidad para trabajar durante la recuperación o incluso después de la misma.
  • Dificultades mentales y físicas.

El pronóstico para las personas que sufren amputaciones como consecuencia del accidente es mejor que para aquellos que sufren otro tipo de lesiones, como las cerebrales. Sin embargo, estas suelen enfrentar una gran cantidad de dificultades, por lo que tienen derecho a ser indemnizadas. Por lo cual, los abogados de daños personales ayudan a estas personas a recibir la indemnización por los daños económicos y no económicos derivados de estas lesiones.

  1. Fracturas óseas múltiples. Los accidentes pueden provocar la fractura de los huesos en varias áreas del cuerpo, dependiendo del impacto producido en el accidente. Las fracturas de esta naturaleza son de distintos tipos, los cuales incluyen los siguientes:
  • Fracturas por avulsión. Ocurre cuando una lesión provoca que el músculo o tendón arranque parte del hueso.
  • Fracturas conminutas. Tienen lugar cuando el hueso se fractura en dos fragmentos o más.
  • Fractura-luxación. Son aquellas que se producen debido a la dislocación de una articulación y la fractura en uno de los huesos de la misma.
  • Fractura de tallo verde. Se trata de una fractura parcial en una parte del hueso.
  • Fracturas impactadas. Se produce cuando los fragmentos óseos quedan comprimidos entre ellos.
  • Fracturas intraarticulares. La fractura se extiende al interior de la articulación.
  • Fracturas en espiral. Se producen cuando el hueso se tuerce en al menos una parte.
  • Fracturas longitudinales. Ocurren a lo largo del hueso.
  • Fracturas transversales. Son aquellas que atraviesan el hueso.
  • Fracturas oblicuas.
  • Fracturas capilares.

Generalmente, las fracturas óseas pueden causar moretones, decoloración de la piel circundante, dolor, inflamación, inmovilidad, y sangrado. Además, pueden provocar que los huesos sobresalgan de la superficie de la piel. Por su parte, las fracturas óseas en la pelvis o el fémur pueden causar síntomas adicionales como palidez, mareos y náuseas.

En cuanto al tratamiento de las mismas, este incluye cirugía, fisioterapia e inmovilización. La fisioterapia tiene el propósito de restaurar la fuerza muscular de los huesos afectados para prevenir la pérdida de masa ósea. Además, ayuda a restaurar su movilidad.

  1. Daños a los órganos. El impacto del accidente puede ocasionar un daño grave a los órganos internos. Esto puede ocurrir al ser expulsado del vehículo, debido a la fuerza del cinturón de seguridad cuando éste lo retiene, o cuando un objeto atraviesa una parte de su cuerpo. Los órganos que sufren este daño con mayor frecuencia durante el accidente, son los siguientes:
  • El bazo. Debido a que está ubicado en el abdomen, puede sufrir un daño considerable, lo cual puede incluir su perforación. Tales lesiones pueden causar una hemorragia interna que en algunos casos provoca la muerte de la persona si no recibe tratamiento oportunamente. Aunque una persona puede vivir sin el bazo, sin este órgano su sistema inmune se debilita, lo cual aumenta la probabilidad de que sufra infecciones que ponen en peligro su vida.
  • El hígado. El daño del hígado es grave y puede producir la muerte del que lo padece. Luego de un accidente, sus síntomas incluyen dolor en el lado superior derecho del abdomen, distensión abdominal, y un pulso débil.
  • Los riñones. También son propensos a sufrir daños durante el accidente cuando se producen lesiones en la espalda media o baja. Asimismo, el daño de los riñones puede ocasionar sangre en la orina. Su tratamiento consiste en trasplante de riñón o diálisis, los cuales son costosos.

Por otra parte, existe un gran riesgo de que la persona sufra complicaciones luego del tratamiento, entre las cuales destacan las infecciones recurrentes, incontinencia, y fluctuaciones en la presión arterial. Si no es detectado a tiempo, aumenta la probabilidad de que este daño le produzca la muerte.

  1. Lesiones internas. Además del daño a los órganos, existen otras lesiones internas que pueden conducir a la muerte si no se detectan a tiempo. Algunas de estas son las siguientes:
  • Hemorragia cerebral, que se produce como resultado de las lesiones de la cabeza cerradas y pueden provocar un daño cerebral permanente y extenso.
  • Neumotórax, que es un colapso pulmonar que se produce cuando una costilla fracturada perfora los pulmones.
  • Aneurisma de la aorta abdominal, la cual es una afección grave que ocurre cuando la parte inferior de la aorta se inflama y debilita.
  • Fracturas de costillas.

La hemorragia interna ocurre como consecuencia del trauma en los vasos sanguíneos, el cual puede afectar su capacidad de repararse o coagular la sangre, conduciendo a una pérdida de sangre interna. Los síntomas de la misma incluyen palidez, dolor abdominal, sed, fatiga, mareos y una sensación de frío.

Es importante destacar que las lesiones internas pueden pasar desapercibidas y generalmente son mortales, por lo que debe ser evaluado por un médico inmediatamente luego del accidente para que puedan ser descartadas.

  1. Exposición a productos químicos peligrosos. La exposición a materiales peligrosos puede provocar lesiones catastróficas, lo cual es común en el lugar de trabajo, especialmente para aquellas personas que trabajan en industrias manufactureras o sitios en los cuales se utilizan una gran cantidad de químicos, como laboratorios.

Las sustancias peligrosas más comunes incluyen ácidos, sustancias cáusticas, pinturas, insecticidas, derivados del petróleo, gases venenosos, metales pesados, y solventes. Los químicos pueden causar efectos tanto a corto como a largo plazo en los trabajadores, los cuales incluyen envenenamiento, náuseas, vómitos, quemaduras químicas, problemas de la piel, además de trastornos en los pulmones, los riñones, el hígado y el sistema nervioso.

Cuando una persona está expuesta a estas sustancias existe un gran riesgo de intoxicación, el cual puede producirse al inhalarlas, ingerirlas, o absorberlas a través de la piel. Esta exposición puede ocurrir a lo largo del tiempo o durante el accidente. Además, puede producir una gran cantidad de lesiones y afecciones como daño cerebral, quemaduras químicas, daños en los nervios, cáncer de pulmón, envenenamiento por metales pesados, asbestosis, o incluso causar la muerte.

Aunque se han implementado una serie de medidas en los lugares de trabajo para evitar la exposición a los productos peligrosos, los accidentes aún ocurren, y pueden tener consecuencias devastadoras para las víctimas. Si usted estuvo expuesto a este tipo de sustancias, puede interponer una demanda contra la parte negligente para ser indemnizado por sus lesiones.

Cabe destacar que, si una empresa actúa negligentemente y lo expone a estas sustancias, puede demandar incluso si no es su empleado. Por ejemplo, si una compañía arroja sus desechos químicos en una urbanización habitada.

  1. Parálisis. Durante el accidente, el impacto puede dañar significativamente un nervio en su médula espinal. Cuando esto ocurre, un músculo o grupo de músculos en la parte del cuerpo afectada pierde su función. Eventualmente, las víctimas del accidente pierden la sensibilidad y movilidad en estas partes. Cabe destacar que, dependiendo de la gravedad de las lesiones, la parálisis puede ser temporal, permanente, parcial o total. 

Dependiendo de los órganos afectados y la magnitud del daño, existen varios tipos de parálisis, de los cuales los más comunes son los siguientes:

  • Monoplejía. Ocurre cuando se paraliza un solo músculo, extremidad o grupo muscular como consecuencia de lesiones cerebrales, daños en los nervios, o nervios impactados en el área afectada. Generalmente es temporal y puede ser revertida con fisioterapia.
  • Hemiplejia. Ocurre cuando la mitad del cuerpo del paciente se paraliza, abarcando la pierna y el brazo de un lado. Puede ocurrir debido a lesiones espinales incompletas y lesiones cerebrales.
  • Paraplejia. Tiene lugar cuando ambas piernas, la cadera, y ciertas áreas de la parte inferior del cuerpo sufren parálisis, incluyendo la pelvis. Puede ocurrir como consecuencia de infecciones y lesiones de la médula espinal, infecciones cerebrales, y daños en los nervios de la cintura y cadera.
  • Tetraplejia. También conocida como cuadriplejia, ocurre cuando ambas piernas y brazos, el torso y ciertas áreas debajo del cuello, sufren parálisis debido a la compresión de los nervios espinales, lesiones espinales o cerebrales.

La parálisis puede afectar su capacidad de trabajar, especialmente si es total, o puede provocar que se reduzca su salario. Además, su tratamiento suele ser costoso ya que requiere fisioterapia, rehabilitación, y cirugía en algunas ocasiones. También es posible que deba ser evaluado por un médico cada cierto tiempo debido a complicaciones secundarias derivadas de la misma.

  1. Lesiones de la cabeza. Son aquellas que afectan el cerebro, el cráneo, o el cuero cabelludo. La gravedad de las mismas varía e incluyen los hematomas, hemorragia, conmoción cerebral, edema, y fracturas de cráneo.

Asimismo, las lesiones en la cabeza se clasifican en abiertas y cerradas. Por su parte, las lesiones abiertas son aquellas en las que la piel y/o el hueso del cráneo está roto, mientras que las cerradas ocurren en el interior de la cabeza.

En cuanto a sus síntomas, estos dependen de la gravedad de la lesión. Si esta es menor, puede incluir dolores de cabeza, náuseas, mareos, y zumbidos en los oídos. Mientras que los síntomas de las lesiones graves son más fuertes e incluyen la falta de coordinación, pérdida de memoria, pérdida del conocimiento, falta de equilibrio, cambios de humor, desorientación, falta de concentración, dolores de cabeza persistentes, movimientos oculares inusuales y drenaje de un líquido de los oídos y la nariz.

Su tratamiento puede incluir medicamentos, cirugías y rehabilitación, los cuales son costosos. Por lo que debe cerciorarse de conservar todos los recibos de los gastos médicos relacionados para que pueda reclamar el resarcimiento de los mismos.

  1. Lesión en la espalda. Ocurren debido a la tensión, desgaste o desgarro de los músculos y tejidos de la espalda. Sus causas comunes incluyen las hernias discales, esguinces, distensiones y fracturas vertebrales. Estas pueden provocar problemas a largo plazo, especialmente en la espalda baja.

Una de las lesiones de este tipo que ocurre con mayor frecuencia es el latigazo cervical, el cual se produce debido al movimiento repentino de la cabeza y el cuello durante el accidente.

  1. Quemaduras graves. Las quemaduras causan daños a la piel y los órganos internos, cuya gravedad depende del grado de las mismas. Estas pueden ocurrir durante accidentes automovilísticos, accidentes de bicicletas y accidentes con químicos.

Por su parte, las quemaduras de primer grado son menos graves y pueden sanar sin necesidad de acudir a un médico. Sin embargo, las de segundo grado sí requieren atención médica. Por último, las quemaduras de tercer grado se extienden por todas las capas de la piel y pueden provocar daños en los nervios. Una vez que sanan, dejan cicatrices que suelen ser grandes. Además, es posible que la persona desarrolle complicaciones como infecciones (tétanos o septicemia), y pérdida de sangre. Este tipo de lesiones generalmente requieren antibióticos intravenosos, cirugías, fisioterapia, terapia de reemplazo de fluidos, vacunas contra el tétanos, y medicamentos para el dolor y la ansiedad.

El paciente debe visitar con frecuencia el hospital para que puedan cerciorarse de que está sanando correctamente. En algunos casos, necesita cirugía reconstructiva para mejorar la apariencia de las cicatrices y mejorar la movilidad de las articulaciones afectadas.

¿Cómo contactar con abogados de daños personales que estén cerca de mí?

Recuperarse de lesiones catastróficas suele tomar tiempo y puede afectar todos los aspectos de su vida y la de su familia. Sin embargo, ser indemnizado por el responsable puede ayudarlo a sobrellevar esta situación y lograr que no resulte perjudicado económicamente. En el supuesto de que uno de sus seres queridos haya muerto a consecuencia de una lesión de esta naturaleza, puede cerciorarse de que la parte negligente se responsabilice por sus acciones y cubra todos los gastos derivados de este fallecimiento.

En Orange County Personal Injury Attorney, evaluaremos su caso y le brindaremos la representación y asesoría necesaria durante todo el procedimiento para que logre el resultado deseado, ya que tenemos experiencia representando a las personas que han sufrido lesiones catastróficas en la reclamación de una indemnización por todos los daños y perjuicios derivados de las mismas.

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